miércoles, 5 de abril de 2017

Por los celulares, cayó la banda web de los autos robados

La maniobra delictiva se había aceitado con el paso del tiempo y les daba sus buenos resultados.
Se hacían de vehículos de alta gama robados, en su mayoría tras violentos asaltos, y luego de cambiarles las patentes y de falsificar documentos oficiales lograban revenderlos a un precio mucho menor en el mercado legal a incautos clientes. ¿Cómo? A través de avisos en páginas de internet.
Contactada y embaucada la víctima, la apuraban a realizar la transacción comercial los fines de semana: así, el incauto no podía averiguar demasiado si el rodado tenía problemas legales. Cuando se enteraba, ya era tarde.
El grupo ya había desaparecido con los 500 mil pesos o el auto usado como forma de pago.
El dinero era luego blanqueado en la compra de rodados y lanchas, además de propiedades.

Extremar cuidados al comprar
Los autos robados en Córdoba eran vendidos en Buenos Aires o de forma recíproca.
Sin embargo, algo imprevisto ocurrió y el circo montado se les terminó viniendo abajo.
Por separado, diversas víctimas estafadas fueron a la Justicia federal y los pesquisas notaron el mismo detalle: en las fotos de los coches ofrecidos en la web se veía al mismo embaucador, sonriendo con dientes amarillos.
Ese detalle fue el disparador para que un grupo de sabuesos de Sustracción de Automotores de la Policía provincial, y de la Fiscalía Federal 1 de Córdoba, entendieran que estaban ante una misma banda y se pusieran a trabajar.
Un minucioso análisis de las comunicaciones de los sospechosos –a través del rastreo, entrecruzamiento y seguimiento de los celulares– permitió armar la red y terminó guiando la investigación de los pesquisas. No fue menor el análisis de los números de identificación (IP) de computadoras.
Además, fue central el rol de las escuchas realizadas por la División de Observaciones Judiciales, a cargo de la Corte Suprema.
Filmaciones y testimonios terminaron armando el esquema.
En las últimas horas, cuatro personas fueron detenidas sospechadas de integrar la banda, que actuaba en Córdoba, Buenos Aires y San Luis. A los sospechosos se les incautaron unos 12 vehículos robados, varios de alta gama.
El principal acusado, Cristian Villarino (38), cayó en la localidad bonaerense de Coronel Charlone. Se hacía llamar “Eduardo Duhalde”. En un galpón, supuestamente de su propiedad, le hallaron varios coches “flojos” de papeles.
En operativos en Córdoba –Alcira Gigena y Berrotarán– cayeron tres cordobeses: dos hombres de apellido Bullo –padre e hijo– y una mujer, pareja del menor. Fueron atrapados cuando, supuestamente, estaban por estafar a incautos con camionetas.
Si bien la Policía cordobesa, que trabajó junto a Gendarmería, considera que la mayor parte de la banda cayó, hay prófugos. Por caso, el hombre de los dientes amarillos y otros más. Se esperan más operativos.
El fiscal federal Enrique Senestrari los va a imputar por asociación ilícita, estafas reiteradas, encubrimiento y falsificación de documento público. “No son cualquier banda. Actuaban de forma aceitada, aprovechándose de incautos”, dijo el funcionario federal a La Voz , al tiempo que indicó: “Lo peor fue que mientras los escuchábamos on line , veíamos que estaban por estafar a más gente. Entonces, sin alterar nuestra pesquisa, había que alertar a las potenciales víctimas para que no cayeran estafadas”.

Millonarias ganancias
Cada víctima, en promedio, debía abonar entre 400 mil y 500 mil pesos para adquirir cada vehículo de alta gama. “A tenor de los coches robados que incautamos, podemos inferir que se hicieron de casi 5 millones de pesos, por lo menos”, estimó el jefe de Sustracción de Automotores, Carlos Palaver, al frente del operativo, bautizado “Cruz del sur”. Es que los vehículos eran robados en un lugar y luego comercializados en otro mediante documentación apócrifa. “Se valían de vender un rodado a menor precio que el de mercado. Ese era el señuelo para capturar a víctimas”, dijo el comisario.
Los investigadores consideran haber dado con la parte central del grupo delictivo. Sin embargo, resta dar con quienes proveían la documentación apócrifa y con quienes robaban los coches.
Entre los detenidos, llama la atención una mujer. Fue capturada en Berrotarán. Está sospechada de ser la encargada de hacer cobros y de manejar los papeles.

Grandes ganancias y blanqueo de bienes
$ 500 mil. El grupo ofrecía un rodado en páginas web a precios que oscilaban entre los $ 400 mil o
$ 500 mil. La víctima, que desconocía que el coche era robado y contaba con papeles “truchos”, debía hacer el pago cuanto antes.
Los sábados. Los pagos se tenían que hacer al contado (se podía entregar un coche) los fines de semana. Así no podía cotejar si el rodado era robado.
Empapelados. Los vehículos tenían patentes y documentación “trucha”. De ahí que actúe la Justicia federal.
Inversión. Invertían lo robado en bienes suntuosos. Se investiga si el cabecilla tenía testaferros.
Fuente: Diario La Voz